Derribando el muro de la desinformación

Por Clemente Nicado

Vaya paradoja la que nos ha traído la batalla aún no ganada contra el Covid-19.

   Mientras en otros países como la India lloran la muerte de hasta 4,000 personas diarias, en Estados Unidos hacemos malabares para convencer a nuestra gente de aplicarse la vacuna.

    Echemos una mirada a los países de Latinoamérica, de donde un día emigramos muchos de nosotros o nuestros descendientes y dejamos nuestras familias, para constatar el saldo mortífero que deja  la pandemia al sur de la frontera.

   Solo en México se reportaba al cierre de esta edición 2.37 millones de contagios y 219 mil muertos, mientras que en Brasil la situación cobra ribetes de catástrofe humanitaria, con 15.2 millones de infectados y 423,000 fallecidos.

   La oportuna entrevista a la Dra. Geraldine Luna, directora médica del Departamento de Salud Pública de Chicago, deja en claro que la actitud de la comunidad hispana respecto a la vacuna está siendo un obstáculo en la lucha contra el mal.

   El hecho es que muchos hispanos parecen estar entrampados en una feroz corriente de desinformación que desborda las redes sociales con teorías de la conspiración, y que ahogan los esfuerzos de las autoridades por salvar vidas.

   Y “esta desinformación es ahora mismo tan poderosa que se ha convertido en una barrera que casi no se puede derrumbar”, dijo la Dra. Luna en referencia a la comunidad hispana donde han muerto 1,774 personas en la ciudad.

   A modo de estímulo, Chicago ha creado el ‘Vax Pass’, un pasaporte que permite darle a los vacunados rápido acceso a los eventos. 

 Los incentivos a lo largo del país para vacunarse son incontables, y van desde entradas gratis a conciertos, el pago de $100, hasta cerveza. 

    Pero quizás el principal incentivo para usted es tomarse unos minutos y leer lo que dicen las autoridades científicas del país, en especial los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) respecto a los mitos contra las vacunas.

    Y lo escriben en claro español: las vacunas no modifican su ADN, no lo van a enfermar porque no contienen el virus vivo y las autoridades no lo obligarán a vacunarse, ni mantendrán registros de personas inyectadas. 

     Derribar el muro de la desinformación marca la diferencia entre la vida y la muerte, la de usted, la de sus seres queridos y de toda una ciudad que bien merece celebrar un Día de la Independencia sin la amenaza de una despiadada pandemia.