No hay evidencia confiable de que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 ‘aumenten dramáticamente’ el riesgo de ataque cardíaco, contrariamente a lo que dice un resumen defectuoso

Esta historia apareció por primera vez en FactCheck.org.

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SciCheck Digest

No hay conocimiento de que las vacunas contra el COVID-19 administradas en Estados Unidos aumenten el riesgo de ataque cardíaco. Pero publicaciones en las redes sociales han malinterpretado un resumen en una revista de la Asociación Estadounidense del Corazón como prueba de que la vacuna mata. La publicación emitió una “expresión de preocupación” sobre el resumen “hasta que se pueda publicar una corrección adecuada”.


Historia completa

Con cientos de millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 administradas en Estados Unidos, no hay noción de que ninguna de las vacunas aprobadas o de uso autorizado en el país aumenten el riesgo de ataque cardíaco en ningún grupo de la población.

Se han notificado raros casos de inflamación del corazón, primordialmente en hombres jóvenes, tras haber recibido las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech y de Moderna. Pero las investigaciones han mostrado que el riesgo es muy pequeño y que la mayoría de las personas se recupera rápidamente.  Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dicen que los beneficios de la vacuna superan los potenciales riesgos de inflamación al corazón.

Sí hay conocimiento, en cambio, de que el COVID-19 puede causar problemas en el corazón. Algunas investigaciones sugieren que la enfermedad aumenta el riesgo de ataque cardíaco y de otras afecciones cardiovasculares asociadas.

Un estudio publicado en Lancet, por ejemplo, el cual incluyó cerca de 90.000 pacientes de COVID-10 en Suecia y los comparo con pacientes similares que no tenían la enfermedad, encontró que tener COVID-19 estaba asociado con más de un triple del riesgo de tener un primer ataque cardíaco en las primeras dos semanas después de contraer la enfermedad. El estudio también identificó al COVID-19 como un posible factor de riesgo para un accidente cerebrovascular isquémico.

Sin embargo, varias publicaciones digitales y en las redes sociales afirman que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 “aumentan dramáticamente” el riesgo de ataque cardíaco, basados en la malinterpretación de un resumen publicado en la revista Circulation de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) el 8 de noviembre.

El abstract, que por definición es un resumen y que en este caso representa investigación preliminar no revisada por pares, concluye que “las vacunas de ARNm aumentan dramáticamente la inflamación del endotelio y la infiltración de células T al músculo cardíaco y pueden ser responsables por el aumento de trombosis, cardiomiopatía y otras afecciones vasculares observadas tras la vacunación”. El sumario no es parte de un artículo científico completo y fue presentado como un póster en las Sesiones Científicas de la AHA, realizadas en línea, el 13 de noviembre.

Luego de la publicación del resumen, la AHA fue notificada sobre “posibles errores” y el 24 de noviembre publicó una “expresión de preocupación” dejando en claro que “puede no ser confiable”.

“Específicamente, hay varios errores tipográficos, no hay datos en el resumen sobre la infiltración miocárdica de células T, no se entrega un análisis estadístico de significancia y el autor no es claro si solo se utilizaron datos anecdóticos”.

Los científicos usan análisis estadísticos para evaluar la posibilidad de que un resultado específico sea causado o no por el azar. En otras palabras, el resumen no proporciona ninguna manera de saber si los cambios establecidos tras la vacunación son realmente significativos como para no haber ocurrido por casualidad.

El autor del resumen, el doctor Steven R. Gundry, usó una prueba cardíaca para calcular el riesgo de ataque cardíaco, pero el codesarrollador de la prueba le dijo a FactCheck.org que los resultados de la prueba se habían malinterpretado. (Más sobre esto pronto).

Gundry es un ex cirujano cardíaco que ha atraído la atención y la crítica de los medios tras crear y promover una controversial dieta que afirma que las lectinas, un tipo de proteína que se encuentra en casi todas las plantas, puede causar aumento de peso, inflamación y una serie de problemas de salud. Su dieta libre de lectinas ha sido criticada por su falta de pruebas científicas, y su asociación con la compañía de Gwyneth Paltrow, Goop, la cual ha sido acusada de difundir dudosos consejos dsalud y bienestar, también ha sido motivo de desaprobación. En 2017, su dieta fue calificada como “la última dieta seudocientífica de moda” y como “el próximo gluten”. Gundry no contestó nuestros correos electrónicos.

Suzanne Grant, vocera de la AHA, le dijo a FactCheck.org en un correo electrónico que la revista ha estado en comunicación con Gundry y que le había dado hasta la noche del 3 de diciembre para que entregara correcciones y un resumen actualizado. Gundry presentó una revisión del resumen “como parte del proceso”, pero ésta no ha sido aprobada o completada, dijo la representante.

Actualización, 22 de diciembre: El 21 de diciembre, la AHA publicó varias correcciones del resumen, las cuales detallamos al final de esta historia. 

Pero a estas alturas, las conclusiones del resumen han sido ampliamente difundidas por oponentes de las vacunas, que han obviado, en gran parte, las preocupaciones científicas y han presentado las palabras de Gundry como “Prueba de que la vacuna COVID es asesina”. De acuerdo a la métrica del artículo hasta el 13 de diciembre, el resumen había sido citado en 104.417 tuits por 63.079 usuarios de Twitter.

Un clip donde el cardiólogo británico Aseem Malhotra comenta el resumen y asocia las vacunas con ataques cardíacos también se viralizó, y fue luego verificado por nuestros colegas de Full Fact y Reuters.

Y un video publicado el 25 de noviembre por John Campbell, un enfermero jubilado y educador científico que ha acumulado una gran cantidad de seguidores en YouTube durante la pandemia, ha sido visto más de 2 millones de veces. En el video, el Dr. Campbell, que tiene un doctorado en educación de enfermería pero no es médico, lee el resumen y dice que si los hallazgos son correctos, serían “increíblemente significativos”. Pero, ¿lo son? Campbell no parece muy seguro.

A pesar de que Campbell no menciona la expresión de preocupación, dice que le sorprenden los errores tipográficos del resumen, la falta de datos claros y de una metodología, e incluso el hecho de que Gundry venda artículos comerciales y comestibles en su página web. “Durante mi carrera, debo haber trabajado con cerca de 20 o 30 cardiólogos y no me acuerdo de ninguno que tuviera una tienda para vender productos,” dice a los 20 minutos del video.

Pero los oponentes de las vacunas han utilizado el video como una confirmación de que las vacunas de ARNm van a provocar “una enorme e inimaginable cantidad de ataques al corazón superior a lo normal”.

El doctor Douglas S. Harrington, especialista en patología, es el director de Predictive Health Diagnostic Company, la compañía dueña de la prueba cardíaca usada por Gundry, llamada PULS Cardiac Test. Él nos dijo que los números en el resumen están siendo empleados incorrectamente por quienes se oponen a las vacunas.

“No es prueba de que la gente no deba vacunarse. Debiera interpretarse como prueba de que la vacuna funciona”, nos dijo en una entrevista. “El mejor curso de acción para las personas sigue siendo vacunarse. Y el verdadero riesgo está en la gente que contrae COVID porque la intensidad de la respuesta inflamatoria es significativamente más alta que la inducida por la vacuna”.

Grant, de la AHA, dijo que las declaraciones y conclusiones de investigaciones presentadas en reuniones o revistas de la asociación “son exclusivamente aquellas de los autores de las investigaciones y no reflejan necesariamente las políticas o posiciones de la Asociación”. Los resúmenes presentados en una reunión tienen “la intención de impulsar el discurso científico” y la programación no tiene la intención de “evaluar la validez científica”. No obstante, dijo que la AHA está “revisando los procesos existentes para el envío de resúmenes”.

“La Asociación lamenta cualquier confusión con respecto a la posición de la Asociación sobre la vacuna contra el COVID-19, especialmente entre el público no especializado que puede no estar familiarizado con las reuniones científicas. La propia Asociación Estadounidense del Corazón ha sido inequívoca en su creencia y apoyo de la vacunación como la mejor estrategia de salud pública disponible para abordar la pandemia. La Asociación Estadounidense del Corazón continúa apoyando plenamente las recomendaciones de vacunación contra el COVID-19 de los CDC”, escribió.

La prueba cardíaca PULS

El controversial resumen de Gundry resume los resultados de una prueba que dice ser capaz de predecir el riesgo a 5 años de un paciente de sufrir un síndrome coronario agudo (ACS, por sus siglas en inglés), o lo que la AHA describe como el “término general para situaciones en las que la sangre que llega al músculo cardíaco se bloquea repentinamente”, tal como un ataque cardíaco.

La prueba cardíaca PULS (Protein Unstable Lesion Signature), mal deletreada una vez en el resumen como PLUS, es una prueba de sangre que según sus diseñadores puede detectar daño en el endotelio al medir nueve marcadores proteicos: factor de crecimiento de hepatocitos, eotaxina, Proteína-3 quimioatrayente de monocitos, CTACK, interleuquina 16, ligando de Fas, Fas solubles, HDL, y HbA1c.

Medidas de estos marcadores biológicos por sobre la norma crean un puntaje de PULS mayor y medidas bajo la norma crean un puntaje menor. Los puntajes se califican en categorías de riesgo: normal, media o elevada.

Vale la pena mencionar que ninguno de los expertos que consultamos para esta historia conocían la prueba PULS, la cual ha sido cuestionada por expertos en internet luego de la publicación del resumen de Gundry. De acuerdo a un comunicado de prensa, la compañía había vendido 120.000 pruebas desde su lanzamiento en 2018 hasta junio de 2021.

La investigación preliminar de Gundry compara los puntajes de 566 pacientes, de entre 28 y 97 años, mitad hombres, mitad mujeres. El resumen dice que las pruebas fueron realizadas de tres a cinco meses antes de la administración de vacunas de ARNm contra el COVID-19 y luego dos a 10 semanas después de la segunda dosis. No hay detalles sobre problemas de salud o cardíacos previos de los pacientes. El resumen dice que las medidas de tres de los nueve marcadores biológicos (IL-16, sFas y HGF) aumentaron.

“Estos cambios produjeron un aumento en el puntaje PULS de 11% a 25% del riesgo de ACS [síndrome coronario agudo] 5 años. Al momento de este informe, esos cambios persistían por al menos 2,5 meses tras la segunda dosis de la vac”, dice el resumen.

El doctor Luigi Adamo, director de inmunología cardíaca en la unidad de cardiología de la Universidad de Johns Hopkins quien estudia la relación entre el sistema inmunológico y la función cardíaca, dijo a FactCheck.org que no había escuchado antes sobre la prueba cardíaca PULS, pero la analizó para nosotros.

“Esta prueba estima el riesgo de tener una enfermedad clínicamente significativa de las arterias coronarias usando una combinación de variables clínicas como la edad y el sexo, y niveles en el suero de marcadores biológicos que están asociados con inflamación y/o arteriosclerosis. La elevación crónica de marcadores no específicos de inflamación tales como la proteína C reactiva, ha estado asociada con un riesgo de ataques cardíacos y, por lo tanto, conceptualmente, esto tiene sentido”, dijo Adamo en un correo electrónico.

Sin embargo, dijo que no entendía su uso para evaluar el riesgo de ataque cardíaco en personas que han recibido una vacuna de ARNm contra el COVID-19.

“La vacunación está diseñada para inducir una respuesta inflamatoria controlada con el objetivo de preparar al cuerpo para ‘luchar’ con el patógeno indicado. Por lo tanto, se espera que la administración de una vacuna induzca un aumento transitorio de mediadores inflamatorios en el suero. Sin embargo, esto no puede interpretarse automáticamente como un aumento en el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Incluso si las vacunas de ARNm causaran una elevación sostenida de marcadores biológicos específicos de inflamación en el suero, el valor pronóstico de este cambio en términos de riesgo de ataque cardíaco debería validarse con datos de la población”, escribió Adamo.

Harrington, el cocreador de la prueba PULS, estuvo de acuerdo. Dijo que todas las vacunas inducen ese tipo de respuesta y que los resultados del test en esta situación no son motivo de preocupación.

“No debería sorprender a nadie que una vacuna estimule temporalmente una respuesta inflamatoria transitoria, que la prueba PULS es suficientemente sensible para capturar. Pero ¿significa eso que esas personas están en riesgo o que no debieran vacunarse? Absolutamente no”, dijo.

El resumen

El resumen de Gundry ha sido criticado por muchos por su falta de rigor y de detalles.

Adamo, de Johns Hopkins, nos dijo que a pesar de que por definición los resúmenes brindan muy poca información, este llama la atención “porque casi no brinda información para respaldar algunas conclusiones muy audaces”. Y agregó: “Sus conclusiones, en general, parecen infundadas”.

Jeffrey Morris, director de la unidad de bioestadística de la Universidad de Pensilvania, dijo que las limitaciones del resumen, tales como “la falta de detalles en la selección de los pacientes, el enfoque del análisis y otros detalles”, hacen que sea “imposible de evaluar”.

“Parece que la muestra es una muestra selectiva tomada de una práctica clínica”, escribió Morris. “Sin conocimiento de qué subconjunto se muestreó/no se muestreó y sus datos demográficos, y qué procedimiento se utilizó para seleccionar estas muestras para su procesamiento, no podemos descartar resultados impulsados ​​por el sesgo de selección”.

Los números en el resumen, añadió, son imposibles de entender. Por ejemplo, en los resultados presentados para los biomarcadores proteicos Gundry usa símbolos como “=/-” o “+/- ” sin ningún contexto o explicación. Morris dice que no está claro si los números son medias, desviaciones estándares o rangos de error. “Y no brinda ninguna prueba de análisis para saber si la diferencia es estadísticamente significativa”, dijo Morris.

Gundry ha sido criticado en el pasado por utilizar resúmenes para presentaciones en pósters como si contuvieran hallazgos validados y revisados por pares. No hay evidencia de que esté haciendo eso en esta ocasión y no hay referencias a esta investigación en ninguno de sus páginas web o plataformas de redes sociales. Pero sí hay evidencia de que el resumen es defectuoso y que ha sido malinterpretado por otros para afirmar que las vacunas causan ataques cardíacos.

Actualización, 22 de diciembre: El 21 de diciembre, la AHA publicó varias correcciones al resumen, enfatizando que los hallazgos eran de naturaleza observacional. El nombre original del resumen, “Vacunas contra el COVID-19 Mrna aumentan dramáticamente marcadores inflamatorios del endotelio y riesgo de ACS según medición de la prueba cardíaca PULS: una advertencia”, fue revisado y cambiado por “Hallazgos observacionales de la prueba cardíaca PULS para marcadores inflamatorios en pacientes receptores de vacunas ARNm”. Entre otras correcciones el resumen ahora declara que la prueba cardíaca PULS es “utilizada clínicamente” más que ser “clínicamente validada”, y concluye que “las vacs ARNm aumentan numericamente (pero no estadisticamente probado) los marcadores IL-16, Fas, y HF, todos marcadores previamente descritos por otros por denotar inflamación en el endotelio e infiltración de células T en el músculo cardíaco, en una serie consecutiva de pacientes de una clínica que recibieron vacunas de ARNm sin un grupo de control”. 

La corrección agrega algo de información sobre la metodología, tal como que cada paciente sirvió como su propio control y que “no se hizo comparación con pacientes no vacunados o pts tratados con otras vacunas”. También establece que se corrigieron “un número de errores tipográficos” y que “no se hizo ninguna comparación estadística en este estudio observacional”.  Adicionalmente, el resumen ya no afirma que los cambios en la prueba cardíaca tras la segunda dosis de la vacuna se mantuvieron “por al menos 2,5 meses”.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.