Video que cuestiona la eficacia de la vacuna incluye falsedades sobre estadísticas israelíes

Esta historia apareció por primera vez en FactCheck.org.

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Compendio SciCheck

La tasa de mortalidad por COVID-19 para las personas no vacunadas ha sido sustancialmente más alta que la de personas vacunadas, tanto en Israel como en Estados Unidos. Pese a ello, el comentarista conservador Ben Swann afirma falsamente en un video que las cifras de Israel demuestran que las vacunas no son efectivas en la prevención de hospitalizaciones y muertes. Pero los gráficos que usa no diferencian entre pacientes vacunados y no vacunados.

¿Qué tan eficaces son las vacunas?

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Con el aumento de la disponibilidad de vacunas contra el COVID-19 en Estados Unidos tras su aparición en diciembre de 2020, las muertes diarias por la enfermedad han disminuido de 4.094 el 13 de enero a 120 el 11 de julio, según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

La cantidad de decesos diarios comenzó a aumentar nuevamente en julio, cuando la variante delta se convirtió en la predominante, alcanzando un máximo de 2.398 el 24 de septiembre.

Las personas no vacunadas han fallecido a una tasa bastante más alta; en agosto, tenían un riesgo de morir por COVID-19 11 veces mayor que las personas completamente vacunadas, según estadísticas compiladas por los CDC.

“Esta se está convirtiendo en la pandemia de los no vacunados”, dijo en julio la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky.

Pero Ben Swann, quien ha diseminado afirmaciones dudosas y teorías de conspiración, incluyendo la falacia de que las vacunas contra el COVID-19 pueden incluir un método de rastreo en un microchip, recientemente publicó un video que asegura que las vacunas no son efectivas.

“La realidad es… es que las cifras de las muertes por COVID, las cifras de las hospitalizaciones por COVID, las cifras de personas enfermas, la tasa de contagio… ninguna ha cambiado como resultado de estas vacunas”, dijo. “Lo único que ha cambiado es el balance final de las grandes farmacéuticas”.

Para sustentar su afirmación, Swann citó estadísticas de Israel, país que tuvo desde el comienzo un exitoso programa de vacunación habiendo vacunado en abril a la mitad de su población. Casi el 62% de la población total del país está vacunada por completo. En Estados Unidos, cerca del 58% de la población total está completamente vacunada.

“Así que si usted echa un vistazo a lo que ha estado pasando aquí”, dijo Swann en el video, refiriéndose a Israel, “usted puede hacerse una mejor idea de qué está funcionado y qué no está funcionando con las vacunas contra el COVID-19. Y una de las cosas que ahora estamos descubriendo es la mentira que han dicho durante cierto tiempo, de que las vacunas contra el COVID-19 prevendrán que usted se enferme gravemente o lo hospitalicen o muera. En efecto, no es cierto. Estadísticamente, las cifras son casi las mismas a como eran antes de que la vacuna apareciera”.

Swann luego muestra una serie de gráficos que supuestamente reflejan “Muertes por Hospitalización”, “Tasa de positividad de pruebas de COVID” y “Hospitalizaciones/Tasa de positividad en las pruebas”. Todas las gráficas muestran un incremento al final. Pero hay algunos problemas con la manera en la que Swann presenta las estadísticas.

  • Primero, las gráficas de Swann son de un blog publicado el 22 de septiembre cuando la variante delta estaba en ascenso. Pero cuando el video de Swann se publicó más de un mes después, el 27 de octubre, los índices diarios de muerteshospitalizaciones y casos por COVID-19 en Estados Unidos e Israel habían disminuido sustancialmente.
  • Segundo, ni el mensaje original ni el video de Swann mencionan la variante delta, la cual es más contagiosa que versiones previas del virus que causa COVID-19 y que provocó el repunte de casos que comenzó durante el verano, cuando el apego a medidas de mitigación como el distanciamiento social y el uso de mascarillas había disminuido.
  • Y tercero, y más importante, los gráficos no diferencian entre las muertes de pacientes vacunados y las de pacientes no vacunados.  En Israel, así como en Estados Unidos, la incidencia de muertes o enfermos graves por COVID-19 desde el comienzo del brote por delta ha sido mayor entre los no vacunados que entre los vacunados, según estadísticas del ministerio de salud israelí.

Así que la evidencia de la afirmación de Swann no se sostiene.

Como hemos dicho, el brote de la variante delta alcanzó su máximo en septiembre. Por ejemplo, la cantidad de muertes por COVID-19 durante el brote aumentó a 37 el 6 de septiembre, pero había caído a seis el día en que Swann difundió su video, según estadísticas del ministerio de salud israelí. El 8 de noviembre, la cantidad de muertes diarias en Israel había descendido a tres.

Un gráfico de Our World in Data, un proyecto de la ONG británica Global Change Data Lab y el Programa ​Oxford Martin para el Desarrollo Global de la Universidad de Oxford, muestra que la tasa de mortalidad por COVID-19 por 1 millón de habitantes descendió a medida que aumentó la tasa de vacunación, hasta que la variante delta se volvió predominante en julio.

Pero, tal como hemos dicho, es importante subrayar que durante el rebrote por delta en Estados Unidos y en Israel, la tasa de mortalidad para aquellos que no estaban vacunados o estaban parcialmente vacunados fue mayor que la de aquellos que estaban plenamente vacunados. Por ejemplo, el 6 de septiembre, el día en que el brote por delta alcanzó su máximo en Israel, las estadísticas del ministerio de salud israelí muestran que los pacientes mayores de 60 años murieron a una tasa de 13,6 por cada 100.000 personas si no estaban vacunados; 10,8 si estaban parcialmente vacunados; y de 0,1 si estaban plenamente vacunados. Para los menores de 60 años, las tasas eran de 0,1 para pacientes no vacunados y cero para pacientes vacunados parcial y completamente.

En Estados Unidos, las estadísticas sobre el estado de vacunación y muertes no están disponibles para todo el mes de septiembre, pero muestran que hasta agosto las personas no vacunadas tenían un riesgo de morir que era 11,3 veces mayor que el de las personas completamente vacunadas. (Vea el gráfico de los CDC a la derecha).

Como lo hemos explicado previamente, la cantidad neta de hospitalizaciones y muertes no son buenos indicadores de la efectividad de las vacunas.

“Los epidemiólogos nunca miramos la cantidad neta de casos si queremos pensar sobre algo causal, porque no nos dice lo que queremos saber. También necesitamos saber el denominador” Matthew Fox, profesor en el Departamento de Epidemiología y Salud Global en la Universidad de Boston, nos dijo para un reportaje que publicamos la semana pasada sobre mensajes en redes sociales que distorsionan las estadísticas del Reino Unido. Fox dijo que los índices de mortalidad de personas vacunadas y no vacunadas son la mejor medida, aunque hay otros factores en esas poblaciones que pueden afectar las estadísticas.

También merece la pena repetir lo que hemos explicado antes: todas las vacunas contra el COVID-19 disponibles en Estados Unidos son muy efectivas en la prevención de enfermedades sintomáticas. Ensayos clínicos con las tres vacunas demostraron ser eficaces y estudios posteriores han demostrado que también son efectivas en condiciones de la vida real. Las vacunas también han demostrado ser efectivas contra la variante delta, aunque son menos efectivas en la prevención de infecciones y enfermedades leves comparadas con versiones previas del virus.

La mayoría de los estudios demuestran que las vacunas continúan siendo muy efectivas en la prevención de enfermedades graves, hospitalizaciones y muertes por delta, y según el monitoreo en curso de los CDC las vacunas tienen una efectividad superior al 80% en la prevención de hospitalizaciones.

Traducido por Luis Alonso Lugo.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.