Funerales por COVID-19: ¿Entrañan riesgo o no?

Todo lo relacionado con el coronavirus despierta mucho temor, especialmente si algún ser querido o amigo sucumbe ante la pandemia y asistimos a darle el último adiós. Pero ¿realmente es peligroso asistir al funeral de un fallecido por el COVID-19?

Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), hasta ahora, no hay pruebas que demuestren un peligro asociado con el hecho de permanecer en la misma sala en la que se está velando a una víctima del mal. Pero ¿qué tal si uno toca el cuerpo del fallecido?

¿Correría algún tipo de riesgo? 

¿Qué se podría hacer y qué no?

En sentido general, es probable que no haya muchas probabilidades de que el virus se propague por sostener la mano del difunto o darle un abrazo después de que el cuerpo haya sido preparado para el velatorio. Sin embargo, los CDC afirman que deberían evitarse otros tipos de actividades, tales como besar, lavar y amortajar al difunto.
En el caso de que, por una cuestión religiosa, se quiera lavar el cuerpo o amortajarlo, lo recomendable es reducir la exposición al máximo, usando guantes todo el tiempo y, de ser posible, un equipo de protección personal (EPP), como una bata desechable, un protector facial (o gafas de protección) y una mascarilla de respiración N-95.

Al terminar, y tras quitarse el EPP, hay que lavarse las manos con abundante agua y jabón durante 20 segundos como mínimo o usar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol.

Para más información sobre este delicado tema, acceda a la guía de los CDC «El COVID-19 y los funerales».