Carnes procesadas y muerte precoz

La gente debería comer menos de 28 gramos de carnes procesadas diariamente. Así lo han afirmado diferentes expertos en nutrición, convencidos de que el consumo abundante de este tipo de alimentos está directamente relacionado con la muerte prematura.

Especialistas de los Estados Unidos, Suiza y Reino Unido, entre otros países, se han dado a la tarea de investigar esta relación y han concluido lo mismo tras analizar los resultados de diversos estudios clínicos realizados al respecto.

Básicamente, la conclusión es la siguiente: a mayor consumo de carnes procesadas, mayor riesgo de morir joven debido a males cardiovasculares, cáncer y otras dolencias vinculadas con el fallecimiento precoz.

Carnes procesadas peligrosas

Entre las carnes procesadas que representan un peligro si se las consume en grandes cantidades se encuentran:

  1. Salchichas.
  2. Perros calientes.
  3. Chorizo.
  4. Salami.
  5. Jamón.
  6. Tocino.
  7. Carnes enlatadas.

Todos esos productos son ricos en colesterol y grasa saturada, lo que podría constituir un vínculo con la enfermedad cardíaca coronaria, refieren los especialistas. Además, la carne procesada es tratada con nitrato para mejorar su durabilidad, color y sabor, hecho que —según los expertos— provoca la formación de carcinógenos relacionados con el cáncer de colon y de estómago.

Atendiendo a que la carne como tal es rica en determinados nutrientes, los especialistas aseguran que no se trata de no comerla, sino de disminuir el consumo de las procesadas y limitar el de la roja a unos 300 a 600 gramos por semana.

En este sentido, los expertos consideran que la gente puede comer pequeñas cantidades de ese tipo de carne, sin embargo, subrayan la necesidad de conocer cómo fue elaborada, qué preservativos incluye y qué cantidad de sal contiene.

A fin de esclarecer posibles dudas sobre el tema, aclaran que la carne molida (picadillo) y las hamburguesas caseras no entran en la categoría de alimentos procesados, mientras que los jamones y salchichas de elevada calidad, sí.

Paralelamente, exhortan a la gente a comer más verduras y frutas para aprovechar sus nutrientes y, de paso, contrarrestar los efectos negativos provocados por la ingestión de las carnes mencionadas.

En definitiva, se trata de apartar un poco los alimentos procesados (por muy sabrosos que sean) y darle un mayor espacio a los saludables, un par de metas posibles si se pretende esquivar una muerte prematura y, por ende, aumentar la esperanza de vida.